El aceite de oliva es un producto que utilizamos en nuestro día a día desde hace muchas décadas, pero, sin embargo, ¿sabrías nombrar y diferenciar fácilmente los diversos tipos de aceite de oliva que existen?Si no es así, aquí tienes un pequeño resumen para que te hagas una idea.
- Aceite de oliva lampante: Proviene de las aceitunas recogidas del suelo o en proceso de fermentación. De escasa calidad, sin envasar ni comercializar. Se destina a las industrias de refino o al que se le da otros usos técnicos. Debe pasar por un proceso de refinamiento para reducir su grado de acidez.
- Aceite de oliva refinado: Es un aceite que se produce a partir de aceite de oliva virgen de baja calidad y que ha sido sometido a procesos de refinamiento químico con el objetivo de poder eliminar sabores y aromas desagradables. Los aceites que no son refinados, tienen propiedades saludables gracias a las sustancias bio-activas que contienen, por ejemplo, los antioxidantes.
- Aceite de oliva: El aceite de oliva habitualmente aparece con la etiqueta comercial “suave” o “intenso” y se obtiene de la mezcla entre el aceite de oliva refinado y los aceites de oliva virgen. Conserva menos cantidad de vitaminas y substancias que el virgen y virgen extra.
- Aceite de oliva virgen: Se consigue de procedimientos mecánicos, sin embargo, es importante no confundir el aceite de oliva virgen con el aceite de oliva virgen extra. Normalmente, el aceite de oliva virgen suele utilizarse para cocinar y no para su uso en crudo. Conserva vitaminas y distintas sustancias, pero no tiene tanta calidad como el virgen extra.
- Aceite de oliva virgen extra: Se obtiene al igual que el anterior aceite, la diferencia, es que la aceituna de oliva virgen extra está en mejor estado que todos los anteriores, lo que produce que éste tenga unas calidades saludables mayores, pasando a ser la mejor opción para el uso gastronómico.
Por tanto, el aceite de oliva virgen extra es el mejor sin lugar a dudas! ¿O es que, todavía tienes alguna duda?