Beneficios del aceite de oliva

El aceite de oliva es un ingrediente básico en la dieta mediterránea debido a su excelente sabor y gracias a la gran cantidad de propiedades nutricionales que aporta en el ámbito de la salud y la belleza.

Sus numerosas cualidades tienen un efecto muy positivo para prevenir muchas enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cánceres y desempeña un papel muy importante en el colesterol y en la diabetes, ya que ayuda a regular la glucosa en sangre. Por esta razón, muchas veces se lo denomina como una especie de medicina natural, utilizada ya por nuestros antepasados.

Muchos estudios relacionan que el hecho de ingerir aceite de oliva afecta directamente al tránsito intestinal y equilibra el pH del cuerpo, evitando la acidez estomacal, protegiendo los huesos, ayudando a prevenir la osteoporosis y en definitiva, fortaleciendo al máximo el sistema inmunitario del organismo.

Además, el aceite de oliva también se considera un gran antioxidante antiinflamatorio. Previene la oxidación de las células y de los tejidos y es ideal para evitar el envejecimiento y preservar la hidratación y tonificación corporal y facial, aportando un aspecto joven y brillante a la piel y al cabello porque contiene un alto número de nutrientes, como es el caso del omega 9. Por esta razón, es un remedio fundamental para aquellas personas que necesitan tratar la celulitis o el acné, entre otras afectaciones.

El aceite de oliva también tiene gran importancia para la salud mental, ya que ayuda a combatir y prevenir enfermedades de deterioro como el Alzheimer y porque fomenta la proliferación de nuevas neuronas, imprescindibles en el correcto desarrollo y ejecución de las funciones cerebrales y cognitivas.

En este sentido, los expertos recomiendan consumir 40 gramos de aceite de oliva de calidad al día para mantener una dieta equilibrada, complementándola con un seguimiento idóneo de otros hábitos saludables como la práctica de deporte o la eliminación de ciertas toxicidades.